Anastasia Prikhodko - Mamo
Parece mentira que un país como Rusia, que tiene la sana costumbre de enviar a Eurovisión a grandes estrellas, famosas tanto en su país como en sus satélites, opte, precisamente el año en el que ellos mismos organizan el festival, por escoger como representante a una tía loca a la que nadie conoce, interpretando un medio tiempo inconexo.
El medio tiempo en cuestión se titula Mamo (Mamá) y tiene un poquito de todo: estrofas dramáticas y oscuras que hacen presagiar un estribillo explosivo y que, sin embargo, desembocan en uno ramplón e infantiloide y un final rockero absurdo, que no pega ni con cola con el resto de la composición.
La cantante interpreta gran parte de la canción como desentendiéndose del asunto, como si estuviera en el escenario de casualidad; pero, de repente, en los treinta segundos finales decide demostrar que corre sangre por sus venas y se desmelena, se estira de los pelos, empieza a mover los brazos como una desequilibrada y se lanza al suelo.
¿A qué conclusión podemos llegar tras observar la actuación de Anastasia? A que Rusia se lo va a pasar pipa demostrando su carácter imperial en la Eurovisión de 2009, pero que, con esto de la crisis, pasa totalmente de organizarla en el 2010.
Como la tierra que vio nacer a Putin tiene mucho colega suelto por Europa, la canción acabará en un noveno o décimo puesto.
Lo mejor: Que está interpretada en ruso, que siempre tiene su puntillo exótico y siniestro, y que el estribillo se pega.
Lo peor: La interpretación y lo inconexa que resulta la canción.
Nota: 4
Parece mentira que un país como Rusia, que tiene la sana costumbre de enviar a Eurovisión a grandes estrellas, famosas tanto en su país como en sus satélites, opte, precisamente el año en el que ellos mismos organizan el festival, por escoger como representante a una tía loca a la que nadie conoce, interpretando un medio tiempo inconexo.
El medio tiempo en cuestión se titula Mamo (Mamá) y tiene un poquito de todo: estrofas dramáticas y oscuras que hacen presagiar un estribillo explosivo y que, sin embargo, desembocan en uno ramplón e infantiloide y un final rockero absurdo, que no pega ni con cola con el resto de la composición.
La cantante interpreta gran parte de la canción como desentendiéndose del asunto, como si estuviera en el escenario de casualidad; pero, de repente, en los treinta segundos finales decide demostrar que corre sangre por sus venas y se desmelena, se estira de los pelos, empieza a mover los brazos como una desequilibrada y se lanza al suelo.
¿A qué conclusión podemos llegar tras observar la actuación de Anastasia? A que Rusia se lo va a pasar pipa demostrando su carácter imperial en la Eurovisión de 2009, pero que, con esto de la crisis, pasa totalmente de organizarla en el 2010.
Como la tierra que vio nacer a Putin tiene mucho colega suelto por Europa, la canción acabará en un noveno o décimo puesto.
Lo mejor: Que está interpretada en ruso, que siempre tiene su puntillo exótico y siniestro, y que el estribillo se pega.
Lo peor: La interpretación y lo inconexa que resulta la canción.
Nota: 4
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