Tom Hanks + Publirreportaje de Roma + Teoría conspiratoria sosuna = Cabezadas en la butaca del cine.
Como soy un poco masoquista, anoche fui al cine a ver Ángeles y demonios...
Lo mejor de la película me pareció la similitud y los paralelismos que hay entre el camarlengo que la protagoniza y Obama (ambos son rompedores, casi súper héroes, bien parecidos y carismáticos) y el giro argumental final que desvela, precisamente, que el propio camarlengo es el villano del filme (¡cuidadito con Barack, señores!).
Lo peor: La escena de la bomba en el helicóptero, el paracaídas y tal... Y que la película va acelerada, no da tiempo a procesar la información y al final no te impresiona ninguno de los crímes.
¡Ah! Me llamó mucho la atención que, en el filme, uno de los cardenales proponía proclamar papa al camarlengo “por adoración”, cosa que significa elegirlo por inspiración divina: todos los cardenales dicen en voz alta el nombre de una persona y, ya está, habemus papam. Bien, resulta que es todo una falacia y un error: ese tipo de elección se denomina “por aclamación” y, además, en la actualidad la única manera de elegir papa es votando, como hace el común de los mortales. ¡Nunca te acostarás sin saber una cosa más!
Y a propósito de votaciones, ¡feliz jornada de reflexión!
Como soy un poco masoquista, anoche fui al cine a ver Ángeles y demonios...
Lo mejor de la película me pareció la similitud y los paralelismos que hay entre el camarlengo que la protagoniza y Obama (ambos son rompedores, casi súper héroes, bien parecidos y carismáticos) y el giro argumental final que desvela, precisamente, que el propio camarlengo es el villano del filme (¡cuidadito con Barack, señores!).
Lo peor: La escena de la bomba en el helicóptero, el paracaídas y tal... Y que la película va acelerada, no da tiempo a procesar la información y al final no te impresiona ninguno de los crímes.
¡Ah! Me llamó mucho la atención que, en el filme, uno de los cardenales proponía proclamar papa al camarlengo “por adoración”, cosa que significa elegirlo por inspiración divina: todos los cardenales dicen en voz alta el nombre de una persona y, ya está, habemus papam. Bien, resulta que es todo una falacia y un error: ese tipo de elección se denomina “por aclamación” y, además, en la actualidad la única manera de elegir papa es votando, como hace el común de los mortales. ¡Nunca te acostarás sin saber una cosa más!
Y a propósito de votaciones, ¡feliz jornada de reflexión!
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