La noticia que más me ha llamado la atención de los últimos días es el misterioso suceso protagonizado por un guardia civil destinado en Navarra, el cual aseguró haber sido tiroteado por unos individuos que pretendían colocar una bomba en el cuartel en el que trabajaba, durante la madrugada del sábado al domingo.
En un primer momento, y como ya hizo Acebes en su día, desde el Ministerio del Interior se apuntó que podía tratarse de un atentado de ETA y así lo anunciaron los aletargados informativos del domingo por la mañana. Poco a poco, la hipótesis de un ataque etarra se fue desvaneciendo y en los medios de comunicación comenzó a barajarse la posibilidad de que todo hubiera sido un montaje perpetrado por el propio agente de la Benemérita. Paralelamente, un tupido velo comenzó a correrse en el Ministerio del Interior...
A día de hoy, la noticia ha desaparecido de las primeras planas de los diarios digitales y ha sido sustituida por el polémico referéndum suizo sobre los minaretes, el secuestro de los cooperantes catalanes en Mauritania o, incluso, la concesión del premio Cervantes a José Emilio Pacheco (que confieso que no tengo ni idea de quién es). Demasiado mutismo para una noticia que, desde mi punto de vista, podría dar mucho de sí...
Tal vez simplemente se pretenda salvaguardar la imagen de la Guardia Civil, pero yo no puedo evitar comenzar a elaborar teorías conspirativas... Y más tras averiguar que el agente estaba trabajando en ese cuartel de manera voluntaria, pues él mismo había solicitado el traslado de su antiguo destino.
PD: Para una lectura pormenorizada de cómo se sucedieron los acontecimientos durante la mañana del domingo pueden visitar este enlace; para leer cómo vivieron los vecinos de Leitza el incidente, hagan lo propio con este otro.
En un primer momento, y como ya hizo Acebes en su día, desde el Ministerio del Interior se apuntó que podía tratarse de un atentado de ETA y así lo anunciaron los aletargados informativos del domingo por la mañana. Poco a poco, la hipótesis de un ataque etarra se fue desvaneciendo y en los medios de comunicación comenzó a barajarse la posibilidad de que todo hubiera sido un montaje perpetrado por el propio agente de la Benemérita. Paralelamente, un tupido velo comenzó a correrse en el Ministerio del Interior...
A día de hoy, la noticia ha desaparecido de las primeras planas de los diarios digitales y ha sido sustituida por el polémico referéndum suizo sobre los minaretes, el secuestro de los cooperantes catalanes en Mauritania o, incluso, la concesión del premio Cervantes a José Emilio Pacheco (que confieso que no tengo ni idea de quién es). Demasiado mutismo para una noticia que, desde mi punto de vista, podría dar mucho de sí...
Tal vez simplemente se pretenda salvaguardar la imagen de la Guardia Civil, pero yo no puedo evitar comenzar a elaborar teorías conspirativas... Y más tras averiguar que el agente estaba trabajando en ese cuartel de manera voluntaria, pues él mismo había solicitado el traslado de su antiguo destino.
PD: Para una lectura pormenorizada de cómo se sucedieron los acontecimientos durante la mañana del domingo pueden visitar este enlace; para leer cómo vivieron los vecinos de Leitza el incidente, hagan lo propio con este otro.
Imagen extraída del diario ABC.
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