martes, 30 de junio de 2009

¿Son los valencianos y los italianos almas gemelas?

Siempre he tenido la impresión de que entre las idiosincrasias valenciana e italiana hay muchísimos paralelismos y puntos de encuentro, pero los últimos escándalos políticos y presuntos casos de corrupción en ambos territorios han provocado que esta sensación se agudice. Hete aquí algunas de las semejanzas que he encontrado:

  • Sus gobernantes
Ocupando la presidencia de la Generalitat Valenciana tuvimos al que pretendía ser el Berlusconi ibérico: Eduardo Zaplana. Durante su mandato tejió una red de medios de comunicación afines a su persona, tanto públicos como privados, los cuales, posteriormente, fueron remozados y reutilizados por su sucesor en el cargo.

Además, la fama de dandi y seductor de Zaplana no tiene nada que envidiar a la del primer ministro italiano y mientras ejerció de molt honorable, la rumorología del pueblo llano se desató, atribuyéndole romances y affaires amorosos con todo tipo de modelos, presentadoras y falleras.

El sucesor de Zaplana en el cargo* también responde a otro arquetipo muy italiano: el beato. Don Francisco Camps Ortiz llegó al Palau de la Generalitat dispuesto a imponer orden, decencia y austeridad en las instituciones valencianas. Sin embargo, estas buenas intenciones duraron poco y en cuanto logró colocar a sus acólitos en puestos de responsabilidad, empezaron a vislumbrarse sus ramalazos de amante de la buena vida (ustedes ya me entienden: trajes, Fórmula 1, el Papa...), convirtiéndose así en una especie de gigoló de misa de once.

¡Y cómo olvidar a Alfonso Rus! El actual presidente de la Diputación de Valencia y alcalde de Xàtiva constituye una versión hardcore del Berlusconi más chistoso; las ocurrencias del cavaliere no son nada comparadas con las barbaridades pronunciadas por Rus, como cuando llamó burros a sus votantes y gilipollas a los profesores o cuando respondió con un “¡Arriba España!” a la oposición, la cual le interpelaba sobre los honores municipales que poseía Franco.

(*) Sí, ya sé que a Eduardo Zaplana lo sucedió en el cargo un señor de Motilla del Palancar, pero es que si lo nombraba se me desmontaba totalmente el simil ítalovalenciano.

  • La oposición, a su bola
Tengo la sensación de que tanto en Italia como en la Comunidad Valenciana, la izquierda tiene una amplia base social beligerante y concienciada, pero al mismo tiempo desmovilizada y frustrada. Esta frustración se debe al hecho de haber comprobado repetidamente cómo los partidos políticos progresistas demuestran carecer de energía y garra y son incapaces de reflejar sus inquietudes.

El Partido Democrático italiano parece estar tan desorientado como la izquierda valenciana en general, la cual va dando bandanzos, intentando encontrar sin éxito un discurso, un mensaje o, simplemente, un rostro que cale entre los votantes y que les libre de ese aura de tecnócratas insulsos que poseen.

Esta desconexión entre partidos progresistas y votantes provoca que éstos acaben considerando al PP/Popolo della Libertà como el mal menor, como la única opción de gobierno que ofrece estabilidad y tranquilidad.

  • Forza Valencia!
Tanto la sociedad italiana como la valenciana resultan altamente chovinistas. En el primero de los casos, ese chovinismo tiene como referentes el glorioso pasado italiano: el Imperio Romano, el Coliseo, el Renacimiento, Leonardo Da'Vinci, el David de Miguel Ángel, la selección de fútbol, etcétera. En el segundo caso, se trata de un chovinismo de nuevo cuño sustentado por un complejo de inferioridad respecto de Cataluña y tiene como referentes a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la Volvo Ocean Race, la Copa América, las Fallas/Hogueras de San Juan, la paella/el arroz con costra, etcétera. Una combinación entre megalomanía, apariencia y tipismo naíf.

  • Si al final acaban robando todos igual...
Si un político italiano o uno valenciano se ve involucrado en un caso de corrupción, puede estar tranquilo, los votantes no le castigarán por ello. Es más, es posible que salga reforzado, ya que el sinvergüenza es un personaje muy mediterráneo que llega a inspirar confianza (“sabemos que Fulanito de Tal roba, pero vete tú a saber lo que roban los otros sin que nos enteremos”).

  • La pleitesía parece una asignatura troncal de Periodismo
Tanto Berlusconi como Camps controlan de manera férrea los medios de comunicación de sus respectivos territorios, convirtiendo en invisible cualquier noticia que les afecte negativamente. El primero es dueño de la práctica totalidad de los canales privados de Italia y tiene muchos amigos en la pública RAI (sólo la RAI 3 le planta cara); del segundo se asegura que tiene a su gabinete de prensa dirigiendo los servicios informativos de RTVV y los beneficiarios de las licencias de televisión digital terrestre fueron medios de comunicación manifiestamente afines al PP.

A estas pinceladas sociológicas habría que añadir el poder y la influencia de que goza la iglesia católica en ambos gobiernos y el significativo hecho de que una de las tropelías que, presuntamente, cometió el Bigotes fue enchufar en Canal 9 a su pareja, la cual fue, en su momento... ¡Una Mamachicho! ¡Todo casa!

5 comentarios:

  1. Muy interesantes las similitudes ... aunque al final es un sistema político muy de moda (populista de derechas) que se da, desgraciadamente, también en otros sitios como Madrid.

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  2. Sí, me temo que se está extendiendo como la lepra; de hecho, Sarkozy mismamente es una versión edulcorada de Berlusconi.

    Pero bueno, en Valencia ya llevamos muchos años de ventaja. :P

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  3. Me ha encantado! Yo ya he desintonizado Canal 9 y he puesto Fashion TV en su lugar. ;)

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  4. Bien pensado... Canal 9 y Fashion TV se parecen bastante... En ambas cadenas salen muchas modelitos, sólo que en Canal 9 no desfilan: las sacan presentando el informativo y repitiendo cosas bonitas sobre Valencia y Camps.

    :P

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  5. iros a la mierda anti valencianos

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